sábado, 4 de septiembre de 2010

Oídos sordos.

No entiendo porqué las personas se empeñan en calificar o reflexionar la vida de otros, digo.. Cada uno tiene sus tiempos, sus espectativas, sus ganas y sus sentimientos respecto de las experiencias que nos tocan o que elegimos.

No soy persona que acepte facilmente la crítica. Ni la más constructiva. eso está claro, pero asi y tratando de dejar de lado toda mi terquedad, sigo sin explicarme esa necesidad ajena de ver las faltas en la vida de los otros.

Qué me da a mi la facultad, el derecho, la habilitacion para decir de alguien más que está en el camino errado, que esas elecciones no lo llevarán a puerto seguro, que no será feliz haciendo de tal o cual manera.. Mi experiencia?? Qué tienen que ver mis vivencias si desde el vamos quien lo experimenta es una persona distinta de mi, con recursos propios, con sentires ajenos, con una mentalidad y nivel de satisfacción personales que nada tienen que ver con los míos... Mi sentido común?? de ninguna manera, el que hayamos nacido en una sociedad con parámetros semi determinados, no quiere decir que no podamos desestructurar la que, muy a pesar del resto, es nuestra vida... El amor, cariño, amistad, el odio que sintamos por el otro?? Quién o qué nos creímos? dónde está escrito que mi razón tiene más sentido, lógica, "verdad" que la del de al lado? ni modo.

Todos participamos de la misma carrera, y más bien que está bueno reirnos con un compañero, pero no pienso aminorar la marcha o hacer un pique que me deje sin aliento para alcanzar metas que no son las mías, ninguno de esos ritmos antinaturales nos sirve.

Disfruto que los que tienen el mismo empuje y es mi mejor deseo cumplir etapas del camino y encontrarlos a mi lado compartiendo unas sonrisas, pero si se adelantan, se atrazan o simplemente se corren de carril no voy a estar triste, ni sentiré el final de nada. Porque todos llegamos o nos quedamos donde queremos. y eso me deja en paz.

Mi felicidad empezó hace mucho. con todos los logros y con todas las fallas, en el tiempo y con los contratiempos que la quiero, sin negociarla.
No obligo a nadie a que la comparta, a que la entienda ni la idolatre, soy ésto, aquello y mucho más. Soy logro y potencia. y sin explicaciones ya soy feliz.