viernes, 24 de mayo de 2013

por ese miedo idiota


Cuando estoy lejos de mi el miedo se me empieza a notar. Cuando estoy tan dentro suyo empiezan a confundirse las necesidades y ya no se si sus pulmones son los que me faltan para respirar. La línea para perdernos es fina, y en la frontera se armó todo el ejército de salvación de mi persona que intenta prohibir que otra vez  salga de mi y me pare en otra perspectiva donde lo que importa más es ese otro, donde la valoración que otro haga siempre resulta mejor, donde las prioridades y peor aún la ideología y las convicciones dejan de ser personales y se nos vuelven ajenas. En la frontera se desata un caos, inevitable. Por lo que toda vez que corro hacia ese lugar, porque me persigan, porque me absorben o porque me gusta, terminamos en pleno frente de batalla. Todo mi yo a la defensiva, todo mi yo punzante, todo mi yo desconfiado y altanero.

jueves, 2 de mayo de 2013

la antitodo

lo duro no es crecer, sino que te crezcan.
las buenas intensiones hacen replantearte más tus acciones; porque de lo malo se aprende para adelante, para no repetir, para cambiarlo. ahora a lo bueno hay que prestarle atención, hay que reflexionar en tiempo presente, hay que mejorar. No se puede dejarse estar. De lo malo uno conoce la secuencia, primero tiene que terminar, después hay un tiempo para pensar y por ultimo nos queda la vida para hacer distinto. Con lo bueno pasa otra cosa, hay que darle bola, lo bueno no merece esperar. Lo más puro ejerce una presión innata sobre la propia moralidad; porque en tanto quieras mirar para el costado y ajenarte (¿¡?) de la conducta, en tanto lo intentes zas! la más cruel de las conciencias te ataca por la espalda cual puñal desvainado sigilosamente.
No hay peor verdugo que la buena intensión. ni peor torturador que el buen explicador. te da hasta bronca que sea tan divino. te da hasta ganas de ponerle una piña..! si si por bueno, laputamadre yo y toda mi histeria inreceptiva de la bondad.