Nos miramos por tantos años, nos imaginamos infinitas veces en la inmensidad de lo imposible, nos escondimos en las excusas y en el tiempo, nos aprendimos en historias inconciliables, nos resguardamos en el respeto, otras en la premisa del no puede ser. nos rechazamos, nos esperamos, nos dejamos vivir.
... y de repente el tiempo dejó de ser.
ya no hay horas ni horarios, en la noche o en el día, no hay espera, no hay recuerdos, no hay ilusiones. ya no importan ni el pasado, ni el futuro, y el presente parece una realidad paralela que sucede en un mundo sin tiempo, sin medida del tiempo. todo se hace eterno e infinito.
no nos hace falta tiempo para pensarlo, para sentirnos, para dejarnos. no importa cuan poco o mucho de historia tengamos, bastó vernos. verte y verme con el alma en las manos, sin consideraciones, en el aire nos encontramos. y ahora, en ese poquito de aire que se cuela entre tu pecho y el mío cuando nos estamos peleando contra el sistema entero que nos obliga a separarnos por unas horas, ahí en medio de los suspiros guardamos eso, eso que sentimos a pesar del tiempo, de nosotros y del mundo.
sin cuándo, cómo, dónde o por qué... SOS.
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