lunes, 25 de febrero de 2013

El decantamiento de las tradiciones

la extensa lucha entre lo ideal y lo real es eliminada de cuajo cuando tu propia madre reconoce, y algo así como con gracia, que su hija lamayor viva fuera de casa. No importa cuanto esfuerzo dediquemos para contradecir lo que las horas te escupen en la cara, no importa cuan incómodo resulte mover todos los días el cepillo de dientes ni llevar o traer bolsos y bolsitas con TUS pertenencias; menos aún las sesiones de terapia en las que uno intenta asimilar la inevitable circunstancia, dándole nombres y calificativos mas bonitos a este pseudoconcubinato que nos viene amenazando con un libro en la mesita de luz y un secador de pelo frente al espejo, de un momento a otro basta sólo una sentencia de madre para que los cuentos de fantasía, donde los hijos viven en ese maravilloso mundo de La casa de los padres, se desvanezca por completo y se derrumbe cual castillo de arena detrás de tu presente aterrador.
Cruzando la calle se abren puertas y ventanas para mi, pero nadie me está gritando que vaya, no veo una alfombra roja de bienvenida ni menos copas de champagne, aunque sea del barato. Digamos que no hay fiesta pero tampoco piquetes cortando la entrada. Yo no se si hoy día devino natural o qué? debo haber quedado desfasada, digo que a mi dormir con él todos los días me gusta, pero el detalle es ese: con él, no ahí,  no acá, no en algún lugar particular que sienta mío, del que me sienta parte. Él tiene una casa, yo un novio. Algo así. o hasta que se demuestre lo contrario, supongamos.
A ver.. a ver.. Soy Facundo Cabral, no soy de aquí, no soy de allá. Soy un paria. porque en lo que era mi casa, ahora la casa de mis padres, sólo falta que quieran hacer espacio en el placard y me manden con mis ropas y mis bártulos a ese otro "hogar" al cual hasta donde llega mi nivel de entendimiento no he sido requerida para tales fines.
además deberían sorprenderse, igual que yo, de mi paz interior y mis no ganas de dar batalla contra las ridiculeces y sinrazones, porque así como un pequeño desliz podría en toda mi sensatez gritarles a todos incluso a vos, que me chupen un huevo..! convivencia mis bolas estrelladas, ni siquiera conozco a su familia, no tengo nada mío ahí excepto algunos artículos que hacen a mi comodidad diaria y resultan en extremo necesarios. Participo, si. pero qué debería hacer sino? ser una ameba? no puedo viejo, no soy así. Si la heladera está sucia, la limpio porque no me gusta abrirla y que huela a hongo, si las sábanas están usadas las cambio porque me rompe los huevos la pelusa y la textura, si arreglo el jardín es porque me gusta tener un lindo paisaje para mirar, y así, y así.. no se las cosas que hacen "las novias", a mi rascarme la concha contra una silla no me copa. he dicho.

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