miércoles, 24 de abril de 2013

40° a la sombra

la historia de mi vida gira sobre un mismo eje, constante e implacable. trato de actuar diferente para obtener resultados diferentes, pero nada che.. inmutable. En otras situaciones encontraba alguna justificación en las faltas de mi demostración o en la incoherencia de mis actos o en los limites mentales infranqueables que me imponía  o en mi mierdera necesidad de ir en contra de lo establecido batallando los códigos de la eticidad, la destripadora de ilusiones con esa màquina de realidad en la que las cosas como son arrasa con cuanto vaivén romantico amenace, asumiendo el rol de superheroe en busca de convertir lo prohibido, pecando de omnipotente, con la magnánima soberbia que me mantuvo siempre en los bordes del ridículo y de las causas perdidas. O quizàs me tengo mucha estima. "la tipa que se valora demasiado", una estúpida claro está.
Pero lo sigo haciendo. me sigo valorando tanto, pero tanto que no me doy el lujo de permitirme ciertas cosas en una relación  ciertas cosas como el laissez faire, laissez passer, la desregulacion completa, el libre albedrío del amor y la pasión, la fabulosa invención de la frase "vamos viendo como se dan las cosas".
la culpa es de mi Psicokiller, definitivamente. porque desde que sacò a relucir esta faceta de participaciòn y de condimentadora de situaciones, ahora que me dio el rol protagònico de mi vida, no paro de amedrentar y acorralar con ideas y deseos y sueños y ocurrencias y humores y planteos y cuentas y todo de mi, toda la potencia de mi ser a disposiciòn sin reparos.
no logro bajar la marcha, mirar la realidad y entender que tal vez esta vez las dudas, los limites, los miedos o la mierdera necesidad de destruir las ilusiones hoy están en la vereda de enfrente y yo elegí cruzarme a la sombra.

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