Me paso la semana entera llamándote con la mente, si. Te pienso, te extraño, te necesito, hago de cuenta que me escondo sólo para ver si te ponés a buscarme... Y cuando por fin se te ocurre acordarte de mi, yo qué hago? Te mando a freír churros, obviamente.
No puede ser de otra manera, porque mientras vos pasás 20 días haciendo y deshaciendo tu vida como te plazca, trabajando, saliendo y qué se yo cuánto más; yo me paso el doble tiempo mental armando y desarmando conversaciones ficticias, historietas y poesías novelezcas. Puff..! principios, nudos, decenas de desenlaces imposibles, finales. Y cuando aparecés vos ya no tenés lugar en la trama, está todo dicho, (y respondido) que es aún peor!!
Entonces lo charlo, y de treinta amigos/as que se hartan de escuchar la misma confusión, el mismo astío por años saco algunas conclusiones:
*tengo una necesidad extraña de sentirme no querida
*soy insoportable
*tengo que ir a un psicólogo
Encaminada ahora, me toma tres llamados decidir a quien voy a torturar, después del primero llanto inexplicable, nervios calculo. En el segundo aún no lo decido, me pasan con una Dra.. no me agrada la voz y menos que pueda atenderme en una semana, corto. La tercera reitero que soy yo "la que llamó recien por un psicólogo", _¿todavía tenés disponible el de mañana? bueno, que edad tiene? Como se llama? ... Lo tomo.
martes, 26 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario