jueves, 1 de septiembre de 2011

La familia unida

Cuando los roles familiares están muy determinados, la baja o ausencia de uno de los miembros te desorganiza la estructura desde los cimientos. Lo bueno de mi es que tengo una personalidad versatil; y en tanto se necesite puedo cumplir a la perfección con el papel de preocupada, de loca, de hija, de organizadora de casa, de nuncia familiar.. lo que sea. Y por sobre todo hay un rol que me gusta asumir: 2da. Oficial al mando en el frente de batalla.
Cada vez que mi madre se ausenta, se enferma, o desgraciadamente le pega la de rebelde sin causa pro-activista en contra de la medicina occidental y no se hace los controles pertinentes al punto de extremar las situaciones quedando internada; yo me calzo el saco que me cabe a medida y pongo el orden necesario en la campaña.
Y no es joda todo ésto, sobre todo cuando uno viene de familia unida, porque parece que cada integrante se siente capacitado para ser General acá.. Entonces hay que lidiar con una tía que ocupa la silla del hospital, con la otra tía que osa acompañarla al baño, con la abuela que quiere instalarse en casa para preparar la cena, con el marido que se encarga del chiquero administrativo, con mi cuñada que muestra preocupación y cuenta siempre la historia de "cómo la vió cuando llegó", con la madre de mi cuñada que elige el papel de desesperada y hay que bajarle los desiveles, con mis hermanos que requieren un filtrado de información emocional previo, con los compañeros de trabajo que llaman cada hora y algún imprudente que tambien se acerca..
Pero yo firme como buen soldado en el frente de la batalla no cedo terreno alguno y en cuanto me quieren mandar a casa los mando al cuerno y sin lugar a réplica, les digo que no gasten saliva, que yo no pienso moverme, y estoy paciente en un rincón sin molestar aguardando la llegada del parte médico (que claro está NADIE va a impedir que escuche), atenta para atenderla si necesita ir al baño, cambiarse, o mojarse los labios con una gaza..
Una a la familia la quiere, le agradece y la necesita, no hay dudas de eso.. pero me digan lo que me digan es MI MADRE y me van a sacar de al lado con las patas para delante sedada o muerta, sino minga..
Después de varias horas, cuando no hay cambios trascendentales acepto algún relevo muy cercano y de confianza y vuelvo a casa, me encargo de la comida, de la limpieza y del perro, transmito algo más de información y por último,
me dedico a llorar como una nena de 8 años que extraña mucho ver bien a su mamá.

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