miércoles, 9 de febrero de 2011

Desidias de amor

No se qué tan sencillo es cruzarse del amor al odio y creo imposible eso que llaman olvido. Existen demasiadas justificaciones en el medio. Cuando te sabés enamorada es lo mismo que considerarte condenada de antemano al perdón, a la tolerancia, al miedo de encontrarte de pronto sola y guardando cientos de palabras que ya ni siquiera te pertenecen. Ese vacío es inaguantable, a más empeño, a fuerza de cualquier racionalización posible. Ya no sos sola ni para vos. La necesidad del otro te desborda y tu corzaon sólo se acelera de una forma, con su presencia, su recuerdo, su imaginación y tu sola desesperación. Nada más alcanza a conmoverte. Ya nada te hace sentir feliz; y adrenalina es sólo su nombre.
De pronto te hallás creyendo y queriendo que exista otra vida después de ésta. Una que esté marcada y diseñada para los dos, sea en éste o en cualquier otro universo, sin importar la forma en que la aproveches, así reencarnásemos como dos piedras me bastaría, si la tierra no mantubiese unidos.
Cuánto te extraño en los días, cuánto más en las noches! Confiar en otra vida y otro destino es la solución apenas suficiente para soportar la agonía de nuestros errores, de este no tenerte. Pensar esta experiencia como un sacrificio para algo mejor. Para un nosotros posible.

No hay comentarios: