De las fiestas locas..

Una tarde noche de no hace mucho tiempo, un conocido me presentó a quién según él, terminaría siendo mi media naranja. Yo, que no creo mucho en entablar nuevas relaciones y que por lo general soy muy reacia a aceptar gente nueva en mi vida, puse cara de circunstancia, fruncí el ceño enseguida y me limité a decir: _Otra vez con lo mismo, Boicot?? ya hablamos de ésto.
Insistente, Boicot hizo los arreglos y terminó por presentarme a su gran amiga Tristeza. Hoy realmente ya no podría contar mi vida sin ella. Resultó ser la más compañera de mis amistades, y me sigue a cualquier lugar que vaya. Es constante, fiel, muy buena entendedora de las situaciones, aunque a veces le critico que no da muy buenos consejos, me acostumbré tanto a compartir con ella mis experiencias, que ya no le doy batalla en las discusiones filológicas.
Tristeza, se crió en un barrio típico. Esos en donde todavía la gente toma mate en la calle, ve las hojas caídas en otoño, y donde los vecinos cierran y abren las persianas para conocer secretos que se convertirán después en chismes. En la casa de al lado, desde siempre vivió la familia Dolor. Claro que todos terminaron siendo muy unidos. Como en los barrios típicos.
Cuando Tristeza me presentó a Dolor, tampoco estuve muy contenta, porque a mi lo nuevo me da desconfianza viste, sin embargo quedé sorprendida. si bien dolor es algo esporádico, va y viene a su antojo y nunca se sabe cuando esperarlo, los días que está resulta implacable, es una aplanadora que barre con todo, asombra ver cómo logra adueñarse de todo y manejar la vida de una casa entera, parece esos tipos se acomodan milimétricamente a tu cuerpo y te abrazan sin treguas. Es mucho más intenso que Tristeza, pero a veces parece sobreexitado y es difícil seguirle el ritmo, mucho tiempo con Dolor termina por agotarte.
A mis viejos amigos y a muchos de mi familia no les caen bien, no los critico. Tristeza es bastante absorvente y celosa, por lo que intenta estar siempre ahí, aún cuando mis viejos amigos quieran hablar a solas. Ella siempre prefiere que estemos las dos compartiendo libros, música, lugares tranquilos; dice que la gente la mira feo, debe ser algún complejo de inferioridad le trato de explicar, las personas no deberían tener nada contra la pobre Tristeza, es tan compañera y tan paciente, que si todos se dispusieran a aceptarla de antemano serían incluso más felices, porque a la larga Tristeza siempre termina por ganar sus corazones. De Dolor mucho no puedo hablar, defenderlo a veces es difícil, porque la gente ya tiene muchos prejuicios respecto de toda su familia, en los barrios nunca los quisieron, y además fueron inventando diferentes maneras de ahuyentarlos, algunos dormían siestas más largas esperando que simplemente se fueran.
De cualquier modo lo importante es cómo me siento yo, y no puedo negar que desde que los conocí soy otra persona. El Viernes por ejemplo, hicimos una fiesta a todo culo. terminó a cualquier hora de la madrugada, hubo hasta que cambiar las sábanas y reponer todos los servilleteros de la casa. La estábamos pasando bomba con Cristian, Ricardo, Luismi, Tristeza estaba desatada y Dolor se abrazó fuerte a mi pecho y me sacudía para todos lados, sentí que me iba a morir. Pero el bum de la noche se dio cuando llegó Silvio. Uuff..!! empezó Silvio.. Y ahí si, una fiesta de la Concha de la Lora.
Por lo general nunca dejé que criticaran demasiado a los míos, ni los de antes ni los de ahora, yo a la gente la defiendo cuando lo merecen, y la verdad éstos dos se lo ganaron de tanto empuje, ahora los días pasan, y son casi todos igual de divertidos, vamos con mi auto Boicot, Tristeza y yo, de vez en cuando se suma Dolor y completamos el grupete.