jueves, 10 de mayo de 2012
el nombre del miedo
por varios motivos siempre preferí las noches, sin embargo nunca antes había sentido tanto miedo al irme a dormir. sentir recién entrada la noche, el vacío de la mañana. saber que por más vueltas que de y sin importar la hora, estén la luna y el sol donde quieran, nada hará que yo vuelva a poner en palabras esa sensación.
aturdida por compromisos, relajada hasta el hartazgo, sola o acompañada. con la promesa en un reloj o la ansiedad de un desafío. con todo. con nada.
de todas las sensaciones que experimenté e incluyendo todas las que me imaginé, la peor y sin lugar a dudas, la que hoy desearía no conocer, se resume en tres palabras que dije un montón de veces con una felicidad inmensa, plena y sincera.
se me vuelve paradójico que el sentimiento más completo de mi vida se resuma en el recuerdo más doloroso decible en tan sólo tres palabras.
antes las tormentas venían de noche y el sueño las limpiaba como el viento a los cielos. hoy ya no tengo miedo a las tormentas, peor es la calma que les sigue. igual que todas las horas que le siguen a la mañana. el miedo a ese nudo que se atraviesa en la garganta desde muy temprano. ese no empezar. ese no agradecimiento. esa no alegría. ese buen día pipi, que ya no está.
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