jueves, 28 de octubre de 2010

ACIDA

Es acá, es ya. Soy ahora.
Tengo electricidad constante corriendo por la espalda. Toda. Nace por encima de la cintura, ahi en un centro contenido pero latente que casi cronométricamente estalla y dispara luz que se ramifica por todo mi cuerpo; inmovil. Me va a los homóplatos, se tencionan y sigue subiendo. El pecho se contrae por milésimas de segundos y luego se expande. Queda abierto así, en estado de relajación permanente. abierto a mil puñales. La nuca parece sostenida por unas manos que no son las mias; como si tan quebrada y fuera de mi que no hay músculo suficiente que pueda levantarla. Yo sigo inmovil. Latente.
Mis ojos están fuera de órbita. No se si alguien más lo nota. Otra vez la piel de pollo y se me vuelven a erizar los pezones. Podría coger mil horas y aún seguiría inmóvil.
Siento este cuerpo como una carcel. Todos mis sentimientos al palo, frío, calor, éxtasis, electricidad, todo enrejado en carne y huesos. Me siento gritando, saltando, riendo como loca, hasta me duele la panza de tanto reirme. Y yo inmóvil.
Y fumo de una forma extraña, ni siquiera se quién está fumando por mi. en. con este cuerpo, el que hasta ahora creí mi cuerpo. No puedo controlar los movimientos; todo tiembla y ya no siento frio. acá adentro ya no hace frío.
Me río, me río como loca y no puedo parar de bailar y este cuerpo extraño sigue inmóvil.

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